Son las 9 de la mañana cuando en los hangares del Centro Especializado de Alto Rendimiento de Remo y Piragüismo “La Cartuja” (Sevilla), ya se empieza a ver movimiento. Los primeros piragüistas aparecen en el Guadalquivir y, entre ellos, destacan cuatro que acapararán gran parte de las esperanzas españolas en París: Saúl Craviotto, Marcus Cooper, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade. Estamos en su última semana de entrenamiento en Sevilla, la próxima volverán a Asturias y ahí se quedarán hasta la cita de París.
Craviotto, Arévalo, Cooper y Germade durante un entrenamiento.
Cooper, que será (si se cumplen las previsiones) el abanderado español en los Juegos Olímpicos, nos desvela uno de los secretos del Ok-4. “Una cosa que destacaría de nuestros éxitos es la buena relación que tenemos entre nosotros. Casi siempre ha sido así. Puede haber excepciones, pero tenemos muy buen ambiente y creo que es importante y una de las ventajas que tenemos: buena relación private y deportiva. A veces competimos entre nosotros en los selectivos nacionales, pero entendemos que es por lo que hay que pasar y somos muy prácticos en ese aspecto y no nos llevamos ese duelo fuera del agua“, relata. Una afirmación que completa Rodrigo Germade, para el que “somos casi una familia, tenemos una relación mucho más allá del compañerismo”.
Perfección milimétrica
Hoy toca una triple sesión matinal. Tras calentar, se montan en el Ok-1 y recorren cerca de 8 kilómetros a ritmo bajo y aeróbico. Unos minutos de descanso y al agua de nuevo para una sesión de Ok-4: “Hacemos 8 sequence de 50 metros en Ok-4 para tener esa chispa necesaria y ritmo de competición”, explica Cooper. Desde el barco, sigue muy atento cada detalle su entrenador, Miguel Ruiz: “¡Arévalo, las piernas!”; “¡hay que salir a tren!”… No se puede dejar nada al azar. Tampoco en la sesión de gimnasio con la completan la mañana.
No porque seamos los cuatro más fuertes o los cuatro más rápidos individualmente va a ser el mejor Ok-4
Perfeccionan cada detalle, miden cada centésima para ser los mejores. Y de ahí salen los grandes éxitos. “Puede llegar a haber bastante diferencia entre ir solo e ir con los compañeros. Cada uno tenemos nuestro gesto técnico, cada uno somos diferentes y el truco para rendir en equipo es sincronizarse, ir los cuatro juntos, ser capaces de amoldarnos… No porque seamos los cuatro más fuertes o los cuatro más rápidos individualmente va a ser el mejor Ok-4, el truco está en ir sincronizados“, confiesa Cooper.
Cooper, tras un entrenamiento en Sevilla
Marcus es no deja nada al azar y cuida cada detalle. En su proyecto private, el ‘Plan Cooper’, ayuda a la gente a encontrar el equilibrio entre entrenamiento, alimentación y psicología: “El entrenamiento son 24 horas. Hay que cuidar todos los detalles, sobre todo en algo tan importante como la alimentación y la mente. Ahí está la diferencia entre el que entra primero en meta y el que entra sexto”, sentencia.
El objetivo de las medallas
Nadie en el grupo esconde que el objetivo es volver de París con una medalla. Lo deja claro la ambición de Carlos Arévalo: “Queremos conseguir lo máximo posible, nuestro objetivo es ganar el oro”. Quieren dejar a España lo más alto posible y “trabajamos cada día para conseguir ese ansiado metallic”, explica Germade.
El redactor de MARCA junto a Marcus Cooper.
Cinco medallas olímpicas y la posibilidad de convertirse en el español con más metales (en solitario) colocan a Saul Craviotto ante una cita histórica para él. En noviembre cumplirá 40 años, pero mantiene la humildad: “Poco les puedo enseñar, nos nutrimos los unos de los otros y vamos los cuatro con la misma mentalidad, la misma ambición y las mismas ganas para ver qué sale en París”.
